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Incrementan valores artísticos del Gran Hotel de Camagüey

Camagüey- La multiplicación de las obras de arte en el Gran Hotel de Camagüey, figura en los requisitos para incorporar a la marca comercial Encanto a esa instalación, insignia nacional de la cadena Islazul.

Encanto, del Ministerio del Turismo, solo tiene dependencias en cinco provincias e identifica a unidades con características como inmuebles de notorio valor patrimonial ambientadas en concordancia con el entorno edificado.

La inclusión a la marca --actualmente en proceso-- acentuará la importancia del Gran Hotel, inaugurado en 1938 en la calle Maceo, principal arteria de uso comercial en Camagüey, en el sector proclamado en el 2009 Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Basado en el proyecto, el ahora nombrado Salón Guillén, destinado a eventos y actividades afines, posee una serie de fotos con la imagen del Poeta Nacional de Cuba, quien nació el 10 de julio de 1902 en esta urbe.

Entre las piezas artísticas de autores cubanos y extranjeros ubicadas en el edificio, en el vestíbulo hay cuadros de Jorge Santos --denominado el Pintor de la Ciudad--, y Lorenzo Linares, dos de los más prominentes pintores de la provincia de Camagüey.

La institución reúne además otras pinturas y murales de cerámica también alusivos al paisaje añejo citadino.

Una de las acciones igualmente concluidas es la presencia, en habitaciones por separado, de obras de Orestes Larios, Gregorio Pérez y José Rodríguez, en función también de expo-venta.

En la actualidad se desarrolla el rediseño del Lobby-bar, fundamentalmente con creaciones de René Roque y Joel Besmar, añadió en su diálogo con la AIN José Antonio Tomey, relacionista público de la unidad.

Una de las perspectivas es ambientar habitaciones con referencias a sobresalientes personas que allí se hospedaron, como los cubanos Nicolás Guillén, Benny Moré, Rosita Fornés y Adalberto Álvarez, la española Sarita Montiel, y los mexicanos Jorge Negrete y Miguel Aceves Mejías.

Proyecto educativo: no para, sino con el adulto mayor

Camagüey. La cuarta graduación del curso de continuidad del proyecto Para Vivir, perteneciente a la Cátedra Universitaria del Adulto Mayor, se efectuó este viernes en el museo Casa Quinta Amalia Simoni, de la capital agramontina.

Dicha cátedra forma parte del sistema nacional de la Educación Superior, como un programa de extensión universitaria dirigido a la educación de las personas mayores. Es un proyecto educativo que tiene entre sus prioridades desarrollar líneas de investigación sobre las personas de la tercera edad, que permitan sistematizar y ampliar los conocimientos en temas de envejecimiento y de educación sobre el adulto, y luego revertirlos en una mayor calidad de vida para ese grupo poblacional.

En todos los municipios de la provincia se llevan a cabo cursos básicos y de continuidad. Los primeros contemplan cinco módulos: propedéutico, desarrollo humano, promoción de salud, seguridad facial y cultura, mientras que el segundo incluye programas de computación, artes manuales, práctica de tai-chi, comunicación, política nacional e internacional, música, automasaje, desarrollo de la autoestima, alimentación, nutrición y fruto-terapia, entre otros.

“Contamos con más de 200 graduados en toda la provincia, donde se destaca por su labor el municipio de Florida. Para el curso 2010-2011 pretendemos continuar potenciando la apertura de aulas en coordinación con los consejos populares y la CTC en cada municipio, para diversificar la matrícula y acercarla a los lugares de mayor demanda como los hogares de ancianos”, expresó Marianela Parrado Álvarez, directora de la extensión universitaria.

El nuevo curso comenzará en el mes de octubre y se realizarán las matrículas en septiembre. En éste se proyecta establecer vínculos de colaboración e intercambio de experiencias con otras provincias.(Sindy Domínguez Díaz)

Tendrá nuevo canal Multivisión en Camagüey

Camagüey- Con una salida al aire de 24 horas al día, el Canal Multivisión se independiza con un nuevo canal para los televidentes de esta ciudad, la tercera en población de Cuba.

Anteriormente alternaba sus emisiones con la Señal Principeña o canal 49 del telecentro comunitario de la urbe, que trasmite de viernes a domingo de ocho a 11 de la noche con una programación informativa, didáctica y recreativa.

Yanelda Ruiz Yero, directora de Radio Cuba Camagüey, a cargo del proyecto, declaró a la AIN que la idea de instalar otro canal para la señal de Multivisión surgió debido a la poca cobertura geográfica en el municipio de la televisión local, pues el transmisor utilizado es de baja potencia y se necesita otro de mayor eficacia.

Alegó que muchos tele espectadores se quejan de deficiencias en la calidad de la señal de Multivisión por ambos canales, o que no pueden captar la del citado telecentro, lo cual está determinado por la carencia de antenas adecuadas de tipo UHF en los techos de las viviendas, que no son comercializadas por Radio Cuba.

Por otra parte, la ciudad de Camagüey es una de las de mayor extensión con alrededor de 40 kilómetros cuadrados.

Si bien la calidad de la transmisión televisiva es objetable, la principal prerrogativa para el tiempo de verano es la posibilidad de contar con seis canales para el disfrute pleno de la programación nacional y provincial.

Calles y callejones

El callejón más pequeño de Camagüey es el de la Miseria (Tula Oms), situado en la Plaza de Bedolla. Cuenta con 4 m de largo por 2 m de ancho. Enlaza la calle Martí (San Diego) con Hermanos Agüero (San Ignacio) en la parte donde ésta se dilata para formar la Plaza del Carmen.

El más estrecho es el del Cura, entre las calles Cielo y San Luis Beltrán, con casi 80 cm de ancho, aunque en uno de sus extremos el de Funda del Catre casi alcanza esa cifra.

Funda del Catre (oficialmente Ramón Ponte) se llamó antiguamente Callejón de la Poza del Mate, debido a que en su extremo, a orillas del río Hatibonico, existían esas plantas.

El nombre popular se impuso a causa de su estrechez : era imposible que pasaran por allí dos caballos juntos o se cruzaran en sentido contrario. Es el más estrecho de la parte antigua de la ciudad.

Pero no siempre callejón es aquí sinónimo de callejuela o calleja, puede ser lindero, carril, vereda o camino carretero. El Callejón del Ganado le da la vuelta a la ciudad, y el de Camujiro llega casi directamente a la costa sur.Calles y callejones
El callejón más pequeño de Camagüey es el de la Miseria (Tula Oms), situado en la Plaza de Bedolla. Cuenta con 4 m de largo por 2 m de ancho. Enlaza la calle Martí (San Diego) con Hermanos Agüero (San Ignacio) en la parte donde ésta se dilata para formar la Plaza del Carmen.

El más estrecho es el del Cura, entre las calles Cielo y San Luis Beltrán, con casi 80 cm de ancho, aunque en uno de sus extremos el de Funda del Catre casi alcanza esa cifra.

Funda del Catre (oficialmente Ramón Ponte) se llamó antiguamente Callejón de la Poza del Mate, debido a que en su extremo, a orillas del río Hatibonico, existían esas plantas.

El nombre popular se impuso a causa de su estrechez : era imposible que pasaran por allí dos caballos juntos o se cruzaran en sentido contrario. Es el más estrecho de la parte antigua de la ciudad.

Pero no siempre callejón es aquí sinónimo de callejuela o calleja, puede ser lindero, carril, vereda o camino carretero. El Callejón del Ganado le da la vuelta a la ciudad, y el de Camujiro llega casi directamente a la costa sur.(Héctor Juárez Figueredo)

Breve historia de la provincia de Camagüey

El territorio de la actual provincia de Camagüey estuvo habitado antes de la conquista y colonización europea por los primitivos pobladores de las Antillas, presumiblemente descendientes de un tronco étnico común suramericano.

Esta región estaba dividida en tres zonas, bajo el control de los cacicazgos de Camagüei o Camagüeybax, Camaguayo y Guáimaro, donde se detectaron dos grupos aborígenes: pre-agroalfareros y agroalfareros.

En el año 1492, con la llegada de los españoles, cambió el sistema de vida en esa región.

Comenzó el maltrato y la violencia, lo que provocó la extinción de sus moradores.

La Villa fue fundada en el año 1514, en Punta del Guincho, con el nombre de Santa María del Puerto del Príncipe. En el año 1516 se trasladó hacia las márgenes del río Caonao, luego alrededor del año 1528, hacia el pueblo indio de Camagüei, en el centro del territorio, donde alcanzó su ulterior desarrollo.

En poco tiempo, la ganadería se convirtió en la principal fuente de riqueza, y con el auge de la producción pecuaria se inició un intenso comercio de contrabando con navegantes de las antillas inglesas, francesas y holadesas, que burló al monopolio comercial impuesto por la metrópoli española y que fue un elemento determinante en la creación de considerables niveles de riqueza para la epóca.

Un incendio provocado por esclavos sublevados, en el año 1616, arrasó con la Villa, pero pronto se recuperó. Luego, filibusteros ingleses y franceses atacaron y saquearon la localidad en 1668 y 1679, respectivamente.

A mediados del siglo XXIII, el obispo Morell de Santa Cruz, decía que Puerto Príncipe había alcanzado gran desarrollo y describía al pueblo con sus 1506 casas, que se caracterizaban por la buena construcción y el predominio de las edificaciones uniplantas.

La imagen de Puerto Príncipe en esta época es la de una población próspera con una economía sólida. Las construcciones religiosas, militares, gobernativas y domésticas marcaban el sello de la riqueza.

El Rey de España Fernando VII considerando la cantidad de habitantes y la importancia económica de la villa de Puerto Príncipe, le concedió el título de Ciudad y el uso del escudo de armas, el 12 de noviembre de 1817.

El desarrollo económico alcanzado por la ganadería, algunos renglones agrícolas el auge azucarero con las instalaciones de los trapiches, condujeron a la creciente evolución de la manufactura de la industria.

Al mismo tiempo, la alfarería alcanzaba un importante desarrollo en la industria artesanal, mediante al aprovechamiento del abudante caudad de arcilla de los suelos de la localidad.

Habían transcurrido varios siglos y el régimen colonial auspiciaba el desarrollo interno del país.

En al Villa, una generación de criollos crecía en la abundancia económica. Estos hacendados deseaban dominar el poder político; apenas la metrópoli española se percató del peligro que esto arraigaba, comenzó a reprimirlos con violecia, lo que condujo a la inconformidad y rebeldía de sus habitantes.

Al inicio de la Guerra del 68, los camagüeyanos respondieron al llamado de la Patria y su territorio fue escenario de las luchas libradas durantes ese siglo.

La Villa fue pródiga por sus valerosos hombres incorporaqdos a la lucha por la independencia, entre ellos: Ignacio Agramonte, Salvador Cisneros, Javier de la Vega y otros muchos, pertenecientes a una clase social rica y culta.

El 9 de junio de 1903, Santa María del Puerto del Príncipe pasaba a ser un patronímico para la historia; pues se tomaba el acuerdo oficial de cambiar su nombre por el de Camagüey.

Varias generaciones se enfrentaron a los gobiernos sucesores. Una lista heroica de hermosas vidas lleva impresa la historia de Camagüey, entre las que sobresalen: Enrique José Varona, Mario Aróstegui, Cándido González, Alfredo Alvarez, Tomás Grant, Luis Serrano y otros ilustres combatientes.

Con el triunfo de la Revolución, Camagüey comienza su transformación socio-económico y política, materializada en su desarrollo industrial, agrícola y en otras ramas, que la ubican en un lugar cimero, entre las ciudades de la Isla.

El 10 de octubre de 1978, se declara el casco histórico de la ciudad Monumento Nacional. Camagüey crece a un ritmo acelerado como resultado de las transformaciones que a través de los años se han logrado.

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