Los juegos de la niñez, la sonrisa del abuelo, el primer amor, la sombra de la ceiba, de la algarroba, del eucalipto, los pasos iniciales del hijo y el regreso siempre, invitan al Casino Campestre, un tesoro de Camagüey.

Parque de permanente encuentro de los lugareños, es el principal pulmón verde de la ciudad; historia viva de un Camagüey que se regodea en ella y punto obligado para quienes visitan por primera vez la Ciudad de los Tinajones, o retornan al terruño.

UN POCO DE HISTORIA Y UN REGALO PARA LOS CAMAGÜEYANOS

La Sociedad Casino Campestre se creó en la entonces villa principeña, en 1860. Sus organizadores buscaban un lugar apropiado para exposiciones agropecuarias y de productos industriales y manufacturados, donde se celebraran, además, bailes para blancos y para negros.

Así surgió este parque. Vinculado a él mediante la Sociedad, estuvo el prócer independentista Salvador Cisneros Betancourt; Tomás Betancourt, autor de la primera historia conocida de Puerto Príncipe, y otros hijos ilustres del Legendario.

El Casino Campestre de Camagüey es mucho más que un espacio abierto, lleno de árboles y flores. Allí el médico Francisco Argilagos comenzó a vacunar contra la viruela, fue escenario de la muerte del jefe mambí Augusto Arango Agüero y lugar donde se jugó pelota por primera vez en tierra agramontina, a finales del siglo XIX.

Después de ser clausurado durante la Guerra de los Diez Años, y tras permanecer ocupado por militares españoles, el parque camagüeyano fue un coto cerrado que sólo tomó auge cuando eliminaron las cercas, lo urbanizaron y construyeron la glorieta.

UNA JOYA DENTRO DEL PARQUE

Sencilla, austera y sólida, ubicada en medio del Casino Campestre, la Glorieta fue signo de una mayor vitalidad en la estética urbana republicana a las afueras del antiguo centro histórico.

En Agosto de 190l los camagüeyanos propusieron la construcción de una glorieta en esta área de recreo; pero hasta 7 años después no quedó seleccionado el proyecto del albañil Alberto Casas Clopera.

Fue inaugurada el l9 de Julio de 1908, en acto amenizado por las bandas de música “Libertad” e “Infantil”, que desde entonces alternaron sus funciones con las retretas ofrecidas en el Parque Agramonte.

La Oficina del Historiador de la Ciudad, en aras de salvaguardar el patrimonio material y espiritual de Camagüey, garantiza la conservación arquitectónica de este importante elemento urbano.

MÁS DEL CASINO CAMPESTRE

Palmas, Ceibas, Anacagüitas, Cedros y Casuarinas adornan el Casino, que cuenta con un área superior a los 130 000 metros cuadrados y es lugar de esparcimiento, aire puro y belleza para los l8 000 camagüeyanos y forasteros que mensualmente lo visitan.

Tras más de cinco años de un trabajo de recuperación y remozamiento en varias de sus áreas, este parque tiene en sus 64 trabajadores a hombres y mujeres amantes de la naturaleza, fieles guardianes de sus tesoros y poseedores de la condición de “Colectivo Vanguardia Nacional”.

En el Casino Campestre existe la estatua del Libertador desconocido, que guarda en urna sellada los restos mortales de un mambí de nuestra guerra independentista.

Cuentan también que existió un alcalde de Camagüey que, en vida y en el poder, erigió un busto suyo, oportunamente desaparecido por sus opositores durante el ciclón de 1932.

Un año después y al lado de la estatua de Salvador Cisneros Betancourt, un grupo de estudiantes y trabajadores fundó la primera célula de la Liga Juvenil Comunista. Allí también se escenificaron fuertes luchas estudiantiles contra la tiranía de Fulgencio Batista.

El trabajo de reanimación del Casino Campestre, orgullo e identidad de los agramontinos y el mayor parque en área urbana de Cuba, dio vida nuevamente a su zoológico.

Allí habitan actualmente más de 273 animales de 65 especies, sitio que constituye otro punto focal de obligada visita a la protectora sombra de su floresta, junto al arrullo de los pájaros y la mirada amiga y vigilante de quienes lo cuidan, para que se mantenga como una joya de la Ciudad de los Tinajones. ( Raysa Mestril Gutierrez)