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El San Juan Camagüeyano

Las tradicionales fiestas del San Juan comenzaron en Puerto Príncipe entre los años de 1725 y 1728. Guardaban una estrecha relación con el mes de junio, fecha en que los criadores de ganado traían a la ciudad sus reses gordas para las ventas anuales. Con ellos venían los peones o vaqueros en sus briosos potros. Surgieron las carreras anuales.

Las fiestas se extendieron, incluyendo el 24 de junio, día de San Juan, que en España y otros lugares se dedicaban a fiestas populares. Esto le dio el nombre.

Antecedía a estos jolgorios la festividad católica del Corpus Christi, con su solemne procesión, para la que se entoldaban las principales calles de Puerto Príncipe, por ser esta efeméride movible en el calendario católico y con los años comenzar los festejos en el Corpus y proseguir, sin interrupción, en el San Juan, se hizo necesario la aparición del llamado "Bando del San Juan", dictado por el Cabildo, con el que quedaban delimitadas ambas actividades.

En el siglo XIX las fiestas fueron adquiriendo características tradicionales, lentamente tomaron vida propia y dejaron atrás su motivo inicial, las ventas del ganado. Ya en este período aparecieron los disfraces, entre ellos el "mono viejo"—muy camagüeyano – remedo de los diablitos abakúa que no brotaron en el Camagüey. Los esclavos del Príncipe, como es sabido, eran primordialmente de procedencia conga.

Hubo una época llamada de "San Juan a caballo", según el "Lugareño", Cisnero Betancourt, de bromas y juegos de mal gusto que denigraban la que ya era ciudad desde 1817, paulatinamente los festejos fueron tomando característica de típico carnaval con la aparición de las carrozas en las que desfilaban las jóvenes más hermosas de la ciudad acompañada por sus galanes.

Se introdujeron nuevas iniciativas en los barrios: la quema de San Pedro (un monigote con el que se ponía así fin a los prolongados festejos que duraban más de quince días).

En el orden musical aparecieron las rumbas, las comparsas, introducidas de fiestas de otras localidades, muy en particular del carnaval habanero. Quizás el aporte más importante lo constituyeron las congas, agrupación rítmica con estructura muy camagüeyana. Estas aparecieron muy tardíamente, en los años treinta del pasado siglo, a ellas contribuyó el folklorista Antonio Izaguirre al crear la agrupación "La Arrolladora". Su formación, basándose en tambores de barriles y campanas, seguía los toques monorítmicos de una banda militar.

Con los años se incorporaron nuevas modalidades. Jóvenes hermosas a caballo, carretas adornadas, enramadas en plazoletas, paseos de las beldades locales en carruajes y volantas fueron enriqueciendo la fiesta. Los tiempos modernos incorporaron al San Juan camagüeyano los vehículos automotores, las carrozas, las comparsas y las congas.

De todas las ferias y fiestas que existieron, solo el San Juan ha sobrevivido al paso del tiempo. Fiesta nacida del alma del pueblo que, pese a los cambios que imponen los años, seguirá siempre en el corazón de los camagüeyanos.

¿Sabe usted cómo, dónde y por qué se hizo famoso el ajiaco camagüeyano?

La historia del surgimiento del ajiaco camagüeyano merece contarse.

Coincidiendo con el mes de junio y con la temporada de lluvias, llegaban a la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe -hoy Camagüey- numerosos hacendados y multitud de vaqueros para traer, comprar o intercambiar ganado, pieles y carne salada.

A veces la lluvia o la larga espera motivaba la permanencia de la tropa por muchos días, por lo que las familias criollas ofrecían fiestas a parientes o amigos recién llegados, oportunidad en que se aprovechaba la celebración de San Juan el día 24.

Diversos callejones y calles improvisaban sus guateques para la peonada, adornados con pencas de cocoteros y palmas, papeles y telas de colores.

Claro que alimentar a todas esas personas, por varios días, no era tarea fácil, pero los vaqueros de cada finca acostumbraban a traer sus calderos y víveres, armando la cocina en cualquier esquina o zaguán.

Otra parte muy pobre del pueblo solía situar, el 24, ollas de barro en algunas áreas, o trazaban sobre la tierra un círculo donde los vecinos de los alrededores depositaban viandas, carnes o algunas monedas a fin de celebrar comidas colectivas, al igual que hacían los ganaderos.

A una hora determinada participaban en aquel sopón todos los que habían contribuido a él, acompañando la comida con aguardiente y vino de frutas.

A ese espeso caldo lo denominaban ajiaco, que es voz indígena, y se compone de carne de cerdo o de res, tasajo, pedazos de plátano, yuca, boniato y calabaza, bien cargado de zumo de limón y ají picante.

Como desde un principio el tasajo y el casabe se vincularon a esta comida montuna, y fue en Camagüey donde se mantuvo esa práctica de antaño, se considera al ajiaco un típico exponente de la cocina camagüeyana.

Cocina que cada 24 de junio retorna a sus orígenes para, en familia, con un poco de aquí y otro poco de allá, como los buenos ganaderos, degustar el delicioso plato que nos hace auténticos principeños.(Miguel Febles Hernández)

Resultó Argos Teatro gran premio de Festival de Artes Escénicas en Camagüey

Con la obra "Final de partida" el grupo cubano Argos Teatro que dirige Carlos Celdrán, conquistó el Gran premio del XIII Festival Nacional de Teatro de Camagüey, clausurado en esta ciudad.

La agrupación procedente de La Habana mereció además el lauro de diseño, a cargo de Manolo Garriga, Vladimir Cuenca y Alain Ortiz, y el de actuación masculina por el desempeño de Pancho García y de Waldo Franco.

"Me siento muy halagado porque esta vez ha sido tremendo el esfuerzo en la obra por la particularidad de un texto complejo, difícil y profundo. Realmente ganar en Camagüey es un reconocimiento a la profesión del público camagüeyano. En cuanto a nosotros, siempre estamos empezando. Ahora estamos ante los nuevos rumbos que vamos a tomar", declaró Celdrán.

Otra compañía multipremiada fue Teatro de las Estaciones, de Matanzas, con "Federico de noche", un homenaje al poeta y dramaturgo granadino Federido García Lorca en el 70 aniversario de su visita a Cuba.

En la categoría de teatro para niños este grupo liderado por Rubén Darío Salazar ganó con el texto de Norge Espinosa, la música original de Elvira Santiago, el diseño de Zenén Calero, la actuación femenina de Farah Madrigal, la actuación masculina de Freddy Maragoto y la puesta de Darío Salazar.

"Camagüey es una plaza conocida por Las Estaciones, pero no por eso menos admirada y querida. En el 2004 obtuvimos el gran premio con "La caja de los juguetes". Ahora volver y conquistar algunos de los principales es un placer", dijo Darío Salazar, quien lamentó por aquellos que no miran hacia el teatro para niños porque "el niño es el futuro y es la mayor responsabilidad que uno puede tener en el teatro".

De los espectáculos presentados para los pequeños galardonaron la actuación de Judith Martín en "Un mar para Tatillo", de Teatro Pálpito, de ciudad de La Habana; la actuación de Ernesto Parra en "La estación", de Teatro Tuyo, de Las Tunas; y la puesta en escena de Félix Dardo en "Arroz con maíz", de Los Cuenteros, de La Habana.

En teatro para adultos otra de las obras reincidentes fue "La primera vez", del habanero Teatro de la Luna, que dirige Raúl Martín, por poseer la mejor puesta en escena, así como la música original de Waldo Díaz y Diana Rosa Suárez y la actuación femenina de Yordanka Ariosa, este último aspecto compartido con Ana Rodbers por su papel en "Mala cosecha", de Teatro del Viento, de Camagüey.

El jurado central galardonó el texto de "Huevos" de Ulises Rodríguez Febles montado en Mefisto Teatro, y la actuación masculina de Osvaldo Doimeadiós en "Josefina la viajera", de Teatro El Público, ambos de ciudad de La Habana.

Presidida por Abel Prieto Jiménez, Ministro de Cultura, la gala de premiación propició la entrega de lauros colaterales, incluyó un mosaico danzario con la actuación del grupo de danza flamenca Andarte y de las compañías de ballet clásico, folclórico y contemporáneo de Camagüey, y dejó abierta la convocatoria a la próxima edición de este festival bienal.(Yanetsy León González)

El baby cubano le canta a su Cuba

Por: Yamila Cruz Romero / Televisión Camagüey

El talentoso cantante cubano Yoandys Lores González, conocido en el mundo de la música como Baby Lores ofreció un concierto al público camagüeyano como parte de una gira nacional que realiza para la promoción de su nuevo disco titulado“Creo”, en el que se hace acompañar de eminentes canta-autores cubanos como Omara Portuondo, Pablo Milanés y otros.

Se siente motivado y seguro de que su nueva discografía ,compartida con excelentes ídolos de la música cubana, a pesar de ser una innovación cultural, llegará a los cubanos para quedarse, también siente el anhelo de saber que es el primer joven que experimenta este proyecto.

Su música se ha convertido , más que en un entretenimiento, en la predilección y la preferencia de los más jóvenes, que hacen que talentos artistas, como el baby lleguen a la fama.

El ritmo de las canciones y el movimiento de su cuerpo hacen que se vea en el escenario a ese niño que miman todos los que como él aún se sienten como tal.

Exitosamente prosigue el Festival de Teatro en Camagüey

Las precipitaciones de los últimos días no han impedido la continuidad del XIII Festival Nacional de Teatro de Camagüey, evento de singular impacto en el país por la confrontación artística y el respaldo de público.

Las afectaciones en la electricidad de El Castillito del Casino Campestre, instalación que por vez primera se incorporó al evento, motivaron reajustes en la programación, sin embargo no se ha dejado de representar ni una obra, pues los espectáculos de teatro callejero pudieron apreciarse a inicios de la edición.

Este jueves el Guiñol de Camagüey acogerá la obra "Miau, Miau", del grupo Guiñol de Santiago de Cuba; Teatro del Viento a "Final de día", de Argos Teatro; el Teatro Principal a "La primera vez", de Teatro de la Luna; y la sala La Edad de Oro a "Ambulantes", del Proyecto Sir Clown.

El Teatro de la Enseñanza Artística mantiene en cartelera la pieza "Los Atridas", del Estudio Teatral de Santa Clara, uno de los tres espectáculos invitados.

Hoy la jornada teórica en la Academia de las Artes Vicentina de la Torre dirige el debate hacia la analogía del actor en escena y el individuo en la sociedad; además del homenaje audiovisual con documentales dedicados al dramaturgo Eugenio Hernández Espinosa, al actor Mario Balmaceda y a la diseñadora María Elena Molinet; y la presentación de los libros "Coloquios teatrales", de Manuel Villabella y "Silencio para los muertos", de Yoandra Santana, ambos publicados por la editorial territorial Ácana.

La decimotercera edición del Festival de Teatro de Camagüey concluirá el 5 de junio con la premiación del concurso en el cual participan 18 obras previamente seleccionadas y consideradas las mejores puestas en escena de Cuba.(Yanetsy León González)

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