Camagüey, Cuba.- Debido al afán de modernización siempre presente a lo largo de los siglos en los habitantes de la ciudad de Camagüey, en su bien conservado centro histórico se reúnen diversos estilos arquitectónicos.

Además de los valores heredados del período colonial español, una gran cantidad de edificios conjugan diferentes formas en la que se mezclan estilos diversos, tales como el art nouveau, art decó o el neoclásico.

En Camagüey, los primeros edificios públicos de carácter civil aparecieron a partir del siglo XVIII, y se desarrollaron con mayor vigor desde el XIX.

Entre las construcciones más notables de esa época se hallan los hospitales San Juan de Dios y San Lázaro: el primero posee un hermoso patio rodeado de arcadas de medio punto, y el segundo traza una galería con arcadas de orden dórico.

El repertorio religioso camagüeyano se caracteriza por sus iglesias de una sola torre, a excepción de la del Carmen, edificada a principios del siglo XIX, con una gran fachada de dos torres.

Es usual el empleo de naves centrales y, en oportunidades, laterales, como en los edificios La Soledad y La Merced. Por lo general las torres centrales están delimitadas por grandes columnas, aunque también las hay desplazadas a un costado en el ejemplo de la parroquial mayor.

Son las viviendas en realidad las que conforman en Camagüey el grueso de las construcciones coloniales; están presentes a lo largo de su historia, como el conjunto que dejó el siglo XVII en la plaza de Las Cinco Esquinas del Angel, donde se observan elementos mudéjar y prebarroco.

Fue sin dudas el siglo XVIII el más próspero para la arquitectura de la época colonial. En esta ciudad, esa centuria quedó marcada por casas de amplios aleros de tornapunta, combinados con verjas voladas de madera y puertas flanqueadas por medias pilastras, mientras que en el interior los arcos mixtilíneos constituyen el leit motiv de la etapa.

A partir del siglo XIX comienzan a introducirse sutilmente el neoclásico y el barroco: elementos volados acompañados de molduras, finas columnas distribuidas en toda la fachada y algunos cambios hacia formas neoclásicas.

Un estilo ecléctico se impone en la arquitectura de entre las décadas de 1900 a 1930, con formas de interpretación muy personales, aun dentro del movimiento neoclásico o academicista, en especial con respecto a edificios públicos, tales como escuelas, bancos e iglesias.

Hay también elementos acentuados del art nouveau, pero muy unido a la corriente ecléctica de la época.

Otro período clave en los estilos arquitectónicos de Camagüey es el de 1930 a 1950, donde se destaca el art decó, movimiento de la verticalidad, con un sistema figurativo lineal recto, que incorpora motivos geométricos, a diferencia del art nouveau, que es de líneas onduladas y sueltas.

La corriente neocolonial la encontramos durante diferentes etapas, pero es hacia 1930 cuando comienza a combinarse con elementos eclécticos: en la ciudad tenemos hermosos ejemplos en los edificios de la Biblioteca Provincial, el Museo Ignacio Agramonte y el Hospital Materno.

La arquitectura moderna irrumpe en Camagüey con la simplificación de formas y cierta influencia norteamericana, que tiene antecedentes en un grupo de bungalows construidos al estilo USA en el barrio de La Zambrana.

Actualmente el uso del espacio y el equilibrio, a través de elementos prefabricados, da soluciones a problemas sociales contemporáneos, distinguiéndose las viviendas en altura, cuyos recursos técnicos están dados por moldes deslizantes y elementos prácticos.

El patrimonio arquitectónico camagüeyano no es privilegio de ladrillos y balcones coloniales, es propio también del acero y el cristal de los hermosos edificios contemporáneos. Sin todo ese conjunto, no se podría hablar de la historia de la ciudad.

* por: Eduardo Labrada, serviex@prensa-latina.cuEl autor es periodista del semanario camagüeyano Adelante